martes, 19 de septiembre de 2017

Consejos bursátiles: paciencia y diversificación.

Si los gráficos de los cursos de la Bolsa, en particular en la Bolsa en directo, pueden mencionar un electrocardiograma especialmente tumultuoso, uno de los secretos del trader informado es la serenidad.

Existe muy numerosas teorías sobre la Bolsa. Una de entre ellas sugiere un sistema muy simple: invertir cada mes una suma rigurosamente idéntica sobre un título idéntico. Sin preocuparse de los cursos (excepto reducción o subida anormal), volver a invertir constantemente en el mismo título permite minimizar las divergencias de precio de compra y realizar, a largo plazo, una media muy satisfactoria.

Con esta técnica, no se habla obviamente de un enriquecimiento que fulmina. Pero la Bolsa, para los que tienen un poco de práctica, a menudo se fantasea erróneamente como un lugar donde las fortunas se hacen y se deshacen. Eso puede ser verdadero a corto plazo. Pero para los que saben mostrarse pacientes, la Bolsa, a largo plazo, es casi invariablemente ganadora. La técnica de inversión mensual permite obtener partido de esta particularidad.

Principio conocido en beca, pero siempre bien a recordar: no es necesario apostar toda su fortuna sobre un único tipo de títulos. La razón es evidente: en caso de reducción fulgurante del curso de las acciones, las pérdidas se moderarán con una cartera bien diversificada, mientras que sean catastróficas en el caso contrario.

Para aprovecharse como máximo de esta astucia, es necesario saber preverlo bajo todos sus ángulos y hacer la caza a todos los denominadores comunes. Una cartera exclusivamente constituida de acciones de una misma empresa es obviamente una mala elección, pero una cartera que respetaría el principio de diversidad favoreciendo al mismo tiempo exclusivamente empresas de un mismo país o de una misma región del mundo es una imprudencia también. En beca, el “riesgo país” es bien real y debe tenerse en cuenta.

Para extender aún este concepto de diversidad, una astucia consiste en evitar comprar acciones que afectan a un mismo ámbito. Por ejemplo, de las acciones en vínculo con las refinerías de petróleo y las acciones de un fabricante automóvil. Ya que si el precio del petróleo se pone a flamear, el curso de estos dos tipos de títulos corre el riesgo muy de hundirse al mismo tiempo…

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