Consejos bursátiles: paciencia y diversificación.
Si los gráficos de los cursos de la Bolsa,
en particular en la Bolsa en directo, pueden mencionar un
electrocardiograma especialmente tumultuoso, uno de los secretos del
trader informado es la serenidad.
Existe muy numerosas teorías sobre la Bolsa.
Una de entre ellas sugiere un sistema muy simple: invertir cada mes una
suma rigurosamente idéntica sobre un título idéntico. Sin preocuparse
de los cursos (excepto reducción o subida anormal), volver a invertir
constantemente en el mismo título permite minimizar las divergencias de
precio de compra y realizar, a largo plazo, una media muy satisfactoria.
Con esta técnica, no se habla obviamente de
un enriquecimiento que fulmina. Pero la Bolsa, para los que tienen un
poco de práctica, a menudo se fantasea erróneamente como un lugar donde
las fortunas se hacen y se deshacen. Eso puede ser verdadero a corto
plazo. Pero para los que saben mostrarse pacientes, la Bolsa, a largo
plazo, es casi invariablemente ganadora. La técnica de inversión mensual
permite obtener partido de esta particularidad.
Principio conocido en beca, pero siempre
bien a recordar: no es necesario apostar toda su fortuna sobre un único
tipo de títulos. La razón es evidente: en caso de reducción fulgurante
del curso de las acciones, las pérdidas se moderarán con una cartera
bien diversificada, mientras que sean catastróficas en el caso
contrario.
Para aprovecharse como máximo de esta
astucia, es necesario saber preverlo bajo todos sus ángulos y hacer la
caza a todos los denominadores comunes. Una cartera exclusivamente
constituida de acciones de una misma empresa es obviamente una mala
elección, pero una cartera que respetaría el principio de diversidad
favoreciendo al mismo tiempo exclusivamente empresas de un mismo país o
de una misma región del mundo es una imprudencia también. En beca, el
“riesgo país” es bien real y debe tenerse en cuenta.
Para extender aún este concepto de
diversidad, una astucia consiste en evitar comprar acciones que afectan a
un mismo ámbito. Por ejemplo, de las acciones en vínculo con las
refinerías de petróleo y las acciones de un fabricante automóvil. Ya que
si el precio del petróleo se pone a flamear, el curso de estos dos
tipos de títulos corre el riesgo muy de hundirse al mismo tiempo…
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